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El trabajo de Moza fue madurando a través de viajes y experiencias heterogéneas que la llevaron a rescatar y apropiarse de códigos, signos, estrategias e imágenes que incorpora en su trabajo como los espejos, los tulipanes o los muros Bonampak. Comprender su trabajo es comprender el proceso de síntesis y la búsqueda de un sentido estructural mediante un procedimiento metódico y sistemático. Su obra no surge del accidente, sino de la planificación, es un “escapar a la contingencia para quedarse con la estructura” y así organizar su imagen, como una actitud heredada de la abstracción moderna.

 

Descompone los signos, las imágenes y los materiales para crear un procedimiento que repita esa estructura. Moza no “crea” desde la nada, sino que manipula signos preexistentes para darle un nuevo sentido, una nueva perspectiva que patentiza su forma de ver el mundo. Su obra salta al espacio para explorar su dimensión semiótica, desplazando su trabajo a la instalación y el site specific para colocar en situación a sus cuadros o los objetos que construye y articularlos con las dinámicas sociales, políticas y clasistas que plantea el mundo circundante y que se convierten, de este modo, en un significante más de su producción artística.

 

Por: Luis María Rojas

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